Que un partido de Primera División arroje una cifra de 6.395 espectadores debería hacer reflexionar a los dueños de este negocio. A muy pocos interesa un partido en lunes festivo a las diez de la noche y buena muestra de ello fue que, pese a la visita de uno de los equipos de la zona alta de la clasificación y a pesar de las promociones de regalo de entradas, el Estadio de Vallecas lograse completar, según las cifras oficiales (visualmente parecía algo más que lo indicado), tan solo la mitad de su aforo.